Una sola inyección y listo. Al equipo del Instituto del Corazón del Cedars-Sinai (Estados Unidos) les bastó inyectar en el corazón un virus modificado genéticamente para que un corazón con arritmia recuperara su ritmo normal, sin necesidad de recurrir a un marcapasos. Parece sencillo, pero detrás de este experimento que podría acabar con la dependencia de los marcapasos hay diez años de dura investigación.
Lo que han hecho los científicos estadounidenses no es construir un marcapasos en miniatura, sino transformar, con terapia génica, células del músculo cardiaco (cardiomiocitos) en otras con capacidad para organizar el ritmo cardiaco. Gracias a este virus modificado genéticamente, estas células se convierten en un marcapasos biológico y natural.
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