viernes, 14 de diciembre de 2012
Una mutación en un gen predispone al alcoholismo en adolescentes.
Se sabe que el alcohol y otras drogas adictivas activan el sistema dopaminérgico en el cerebro, que es el responsable de los sentimientos de placer y recompensa, y que, de acuerdo con este ensayo, aumentan en el caso de las personas con esta variación genética. Schumann señala que han visto que el citado gendesempeña un papel crucial en el control por el cual el alcohol estimula el cerebro para liberar dopamina y, por lo tanto, desencadenar la sensación de recompensa. «Así que, si las personas tienen una variación genética del gen RASGRF-2, la sensación de recompensa es mucho mayor, lo que les incita a seguir bebiendo.
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