Todo en su justa medida, hasta el deporte. Hacer ejercicio nos mantiene en forma y nos hace sentir bien, porque eleva los niveles de serotonina, el neurotransmisor asociado a un buen estado de ánimo. Ejercitar los músculos tiene también un efecto beneficioso sobre el cerebro, ya que estimula la formación de neuronas nuevas en estructuras tan importantes como el hipocampo, el guardián de la memoria. Pero practicado en exceso también puede tener su cara negativa. Además de provocar estrés, que compromete seriamente la vida de las células cerebrales, causa un estado de fatiga que llevado al extremo puede hacer que se derrumbe antes de la meta.
La serotonina que activa los músculos puede convertirse también en un freno, una medida de seguridad que el cerebro pone en marcha para evitar que se vuelvan hiperactivos.
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