Una de las imágenes más famosas fue captada por la sonda Viking 1 en 1976. Se trata de la «cara de Marte», una figura que recuerda perfectamente a un rostro humano, que mide unos 3 kilómetros de largo por 1,5 de kilómetros y está ubicada en la región de Cidonia.
Solo es una formación geológica natural, un humilde montículo capaz de engañar nuestros sentidos. El cerebro tiende a hacernos reconocer las formas que ya conoce.
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