Los gatos gruñen de satisfacción cuando se les acaricia en la cabeza es la imagen de la felicidad y la paz absoluta. Pues ahora un equipo de investigadores han descubierto por qué. La razón está un grupo de neuronas, presentes en muchos animales, que responden a una caricia proporcionando un estado de bienestar total.
Utilizando un cepillo especial, los investigadores, coordinados por David Anderson acariciaban las peludas patas traseras de los ratones para estimular las neuronas sensoriales y, gracias a la tecnología de imágenes de calcio, pudieron demostrar que las células que respondían a estos estímulos.
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