Un gel capaz de reparar el daño cardiaco producido por un infarto, seguro y eficaz, está ya preparado para ser utilizado en humanos. El hidrogel está hecho de células cardiacas del propio paciente y genera un material poroso y fibroso que, una vez inyectado, fabrica un andamio celular en el tejido cardiaco dañado. Dicho andamio proporciona una estructura que favorece la estimulación de las nuevas células y nuevos vasos sanguíneos para que migren hacia el tejido dañado; así, el resultado es la «regeneración del músculo cardiaco» y la reducción del tejido cicatricial o lesión en la zona del infarto. Además, como el gel se inyecta a través de un catéter, no hay necesidad de cirugía o anestesia general, lo que se traduce en un procedimiento menos invasivo para los pacientes.
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