El lago japonés por un lado, es un medio acuático con una buena conservación de los restos de plantas en su fondo debido a los bajos niveles de oxígeno. Además preserva capas anuales de sedimento o 'varvas' que han permanecido sin cambios durante decenas de miles de años.
El equipo de investigación ha analizado el material orgánico de esas 'varvas', un registro único de los últimos 52.800 años. Esto les ha permitido mejorar la técnica del carbono-14, utilizada por los paleontólogos para averiguar la edad de los restos de seres vivos que encuentran.
Los datos de esta investigación se pueden utilizar para interpretar mejor las dataciones de radiocarbono medidas en excavaciones arqueológicas de cualquier parte del mundo y permitirá especificar aún más, entre otras cosas, el momento de la extinción de los neandertales y la dispersión de los humanos modernos en Europa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario